Seguro que más de una vez has comprado un producto sin necesitarlo y, una vez llegas a casa te preguntas: por qué? Pues bien, entre otros estímulos, el marketing emocional tiene parte de la culpa ¡y en este post te lo explicamos!
Desde hace años las empresas buscaban una estrategia de ventas mucho más potente que el clásico estilo de ofrecer un servicio o producto, querían hacer que el cliente se sintiera parte de la misma marca.
A partir de estas inquietudes surgió el marketing emocional, el cual tiene cuatro pilares principales:
- Vínculo afectivo marca-consumidores: El primer paso es que el público conecte con la marca en concreto (a través de campañas publicitarias y estrategias de marketing). Pero también las empresas tienen que escuchar los clientes, saber qué quieren y satisfacer sus necesidades de una manera efectiva.
- Experiencias, sensaciones, emociones: Porque los objetivos del primer pilar funcionen tiene que existir una relación afectiva. Esta se puede conseguir a través de un storytelling que sea capaz de crear conexiones emocionales y vender vivencias.
- Lovemark: Una lovemark es una marca por la cual tienes un amor incondicional, te engancha al 100%. Este hecho hace que indirectamente tengas una fidelidad por X firma y que sea siempre tu preferencia respecto a la competencia. Ahora bien, se tiene que saber mantener este amor y esta atracción que estamos creando hacia nuestra empresa.
- Marketing de contenidos: Es quién se encarga de crear información relevante que atraiga los clientes.
A través de este podemos saber qué interesa a nuestro público y cómo comunicarnos, como y por donde podemos transmitir lo que queremos decir.
Así pues, el marketing emocional es una técnica muy efectiva tanto de ventas como de fidelización de clientes, puesto que crea una relación “de amor” entre una marca y su público.
¡¡Si queréis saber como podéis aplicar este método a vuestra empresa no dudéis en contactar con nosotros!!
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