La creación de una «personal branding» es una opción cada vez más frecuente en el marco digital que vivimos. La idea es simple, tiene muchas ventajas y pocas desventajas. Crear una marca personal es algo intrínseco de las personas. Puedes hacer algo para gestionarlo o no, pero la posibilidad de crear uno siempre está ahí.

Entendemos por marca personal todo lo que construyes en torno a la idea de uno mismo. ¿De qué forma te percibe tu público y alrededor? Cada acción comunicativa es esencial para formalizar un paso más de su marca.

Conoce lo que te hace ser tú: es importante que seas consciente de conócete a ti mismo para tener una marca personal coherente y verdadera. Puedes descubrir cuáles son tus fortalezas y cuáles son tus debilidades. Descubre cuál es la forma más auténtica de proyectarte a los demás.

Marca un objetivo: llega el momento de trazar un camino hasta ese propósito final que quieres alcanzar. ¿Has decidido representarte como un profesional de tu sector, de una afición o un tema que dominas bien? Una vez sabes que te diferencia debes encontrar la forma de llevar a cabo las acciones correctas.

Busca tus canales: hoy en día existen miles de recursos en Internet para poder comunicar. Puedes crear una página web, puedes tener tu blog, crear tus redes sociales. Se trata de encontrar esas herramientas que crees que te serán más útiles. Poder dominas mucho LinkedIn, pero no es la herramienta más acertada por ti.

Crear contenidos de calidad: la coherencia en los contenidos es esencial para crear una marca verídica. Si decides enfocar tu marca en un tema concreto, como por ejemplo tu área profesional, no generes contenido que hablen siempre de otro tema.

No perder la esencia de ser uno mismo: tener una marca personal es una forma de disfrutar expresándose a uno mismo. Si usted construye tu «personal branding» se vuelve aburrido o un sacrificio extra no estás haciendo algo bien. Tienes que disfrutar todo el proceso y focalizar tu marca como una nueva forma de comunicarte.