Hoy en día, la tecnología ha evolucionado tanto que nos ha permitido crear aparatos y dispositivos que nunca habríamos podido imaginar. Uno de estos aparatos son los coches autónomos, que tienen la opción de conducir ellos solos, sin que nadie tenga que estar pendiente del volante. La marca Tesla, por ejemplo, es una de las más especializadas en este tipo de coches, y ofrece una enorme cantidad de modelos diferentes. En general, estos vehículos autónomos, funcionan a la perfección, y pueden ser muy útiles cuando la persona que ha de conducir no se encuentra en un estado suficientemente bueno para hacerlo. En todos los años que hace que este tipo de coche se encuentra en circulación, son muy pocos los accidentes que ha habido. Pero estos automóviles presentan un gran problema: ¿cómo actuarán en una situación donde, por ejemplo, no haya más remedio que chocar contra un muro, y, por lo tanto, poner en peligro la vida de los pasajeros, o atropellar unos peatones, y, por lo tanto, casi asegurarles la muerte?
Este es el dilema delante el cual se encuentran los técnicos que programan estos coches, ya que, cuando el conductor es una persona humana, esta elegirá qué hacer delante el peligro, y, por lo tanto, la decisión es suya, pero si el que conduce es una máquina esta decisión habrá sido anteriormente programada, y nadie compraría un coche sabiendo que en caso de peligro este podría quitarle la vida.
Con tal de intentar resolver este problema un equipo de investigadores estadounidenses y europeos han creado un experimento llamado “la máquina moral”, donde plantean un seguido de situaciones en las que tiene que haber alguna víctima mortal sí o sí, pero el coche toma la decisión de cuál sería esta. Este experimento se ha llevado a cabo en 223 países y territorios, y presenta más de 40 millones de dilemas resueltos. Las respuestas de los usuarios representan un reflejo de la moralidad humana, y tienen que permitir a los investigadores programar los coches autónomos.
De momento, podemos decir que todavía estamos lejos de que los coches autónomos sean mayoría en las carreteras, ya que presentan precios muy elevados y la población todavía no confía suficientemente en ese tipo de tecnología. Pero los expertos aseguran que dentro de unas décadas estos coches serán mayoría en las carreteras, cosa que implica que se habrá aplicado el código moral de la mayoría de la población en su programación.
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